Hablar de amigos y amigas es hablar de intimidad, de lazos que nos unen, de intereses personales y de cosas en común, de espacios y tiempos compartidos, de diálogo y escucha, de ayuda, de “copucheo”, de sentir que tenemos lugar para ser nosotros/as mismos y permitirnos serlo.

Hablar de amigos y amigas es poder compartir nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras dudas y temores, y nuestras esperanzas.

Hablar de amigos, es darnos la oportunidad para ser débiles y solicitar consejo u orientación. Es dar la oportunidad de ayudar y ayudarnos.

Hablar de amigos es saber que no estamos solos frente a los desafíos que nos enfrentamos a diario en las relaciones familiares, laborales u otras.

En estos tiempos de tanta incertidumbre y tanto cambio diario en relación a las medidas sanitarias del PASO a PASO y de los cambios de las condiciones laborales, contar con espacios para conversar con amigos, ya sea por teléfono o WhatsApp, nos permite sentir que hay una válvula de escape a la difícil realidad, aunque sea momentánea, y así sentirnos protegidos contra la incertidumbre pandémica.

¿Cómo hemos construido nuestras amistades?

Los lazos que hemos desarrollo con nuestros amigos y amigas tienen una historia.  En general muchos de ellos los hemos encontrado en la etapa escolar o laboral. Los hemos elegido por intereses compartidos, valores comunes, u otras causas que nos estrechen.

Lo importante es que los hemos elegido.  Tengamos uno dos o más amigos, ellos han sido una elección. También elegimos mantener esa amistad.

Pero ¿qué necesitamos para fomentar nuestras amistades?

Si bien los amigos pueden estar cerca, depende de nosotros o nosotras mantener vivas nuestras relaciones de amistad. Por tanto, una invitación para ti es que hoy llames a alguno de tus amigos o amigas y le preguntes cómo está. 

La pandemia ha sido difícil para todos, en mayor o menor medida. Y por ende todos estamos afectados, unos más y otros menos, por tanto, recibir un llamado telefónico o un mensaje de WhatsApp creará una sensación de calidez y abrigo tanto para ti como para tu amigo/a. A tu amigo, saber que cuenta con alguien, y para ti, recordarte los buenos momentos en que has podido reír, descansar o aliviarte por alguna situación que estás viviendo. Tener la sensación de que caes en un colchón blandito.

En estos tiempos difíciles, es necesario cuidarnos. Los amigos y amigas son y serán un enorme recurso de cariño, abrigo, compañía y sabiduría.

Te invitamos a retomar tus relaciones con amigos y amigas, y alimentarlas un poquito más cada día.

Autora: Ps. Marcela Aracena

Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC:

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